¿Dónde han quedado las reivindicaciones juveniles por un futuro mejor? ¿Dónde se han ido los gritos de protesta de todos los que tanta rebeldía veinteañera tenemos en nuestra sangre como para poder cambiar el mundo?
No hemos vivido el mayo francés, pero lo que nos cuentan los libros de historia sobre aquella época, es apasionado; palabrería juvenil al alza para posibles modificaciones; para drásticos cambios; para nuevas promesas.
Ya no existe, ya no hay nada de eso. Se perdió como lo hicieron las hombreras y los pantalones de campana; Ahora sólo queda un resquicio de todo aquello; las más obsoletas minorías, que por cierto, suelen ser fieles seguidoras de Joaquín Sabina, de la cerveza o de las pancartas vestidas de hipocresía. Eso por no mencionar el Plan Bolonia, en el que, ya sí que implicados y afectados, empezamos a mover el culo.
Los que somos o nos consideramos jóvenes hoy en día ya no queremos cambiar nada; nos amoldamos a lo que nos cocina nuestra madre o a lo que nos enmienda nuestro padre; nos aseguramos una rutina; nos acoplamos al trabajo que hoy ha mandado la profesora de Relaciones Internacionales, o a la revista que tenemos que publicar cada dos semanas para el de Periodismo Especializado; aquel proyecto que cuando nos fue asignado, sabíamos de antemano que no sabríamos ni maquetar. Daba igual, nos lo mandaron y es lo que había que hacer. Aún lo seguimos pagando.
No nos reivindicamos; no pedimos nada, sólo queremos que nos dejen en paz, que continuemos gozando de nuestra comodidad engullida por las patatas fritas y las series de televisión. Ahora sólo nos importa que los perdidos salgan de la isla, que el doctor House salve a la chica, y que no se sigan suicidando las mujeres desesperadas; ficción que, lejos de la realidad, entra por nuestros televisores más que el discurso de Obama.
Hacemos planes para el fin de semana, porque el viernes por la noche y el sábado no son negociables (Salvo para nuestros amigos, claro está). ¿Dónde ha quedado la política? En lo políticamente correcto, ¿Dónde ha quedado Mayo del 68? En Mayo del 68, ¿Dónde han quedado nuestros ideales para el cambio y la progresión? Sin duda, ahora lo podremos encontrar en el botellón.
Un universitario cualquiera.
2 comentarios
Muy buen artículo, ¡Cuánta razón tiene! Es triste, pero es así... hoy en día la sociedad en la que vivimos es totalmente conformista y la ley que rige todas las demás es la ley del mínimo esfuerzo...
Somos la generación... y lo sufrimos a veces y disfrutamos otras tantas.
Alberto
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