La profesora Teresa Fajardo pretendió investigar una vez para la contribución de la Unión Europea al cumplimiento del Derecho internacional del medio ambiente por parte de los países en vías de desarrollo, con el fin de colaborar en la investigación sobre las consecuencias de la globalización en lo que esta materia se refiere. Así, lo consiguió.
Luis Guijarro, presidente de la fundación APIA, favorecedora de esta causa, dijo una vez que los periodistas somos los herederos de los grupos ecologistas. Ambos autores, hablan de esta causa común y buscan soluciones a través de un mismo instrumento: la inquietud y el saber.
¿Es el ecologista un catastrofista?
La Unión Europea ha renovado su modelo de desarrollo para el Tercer Mundo, incorporando un nuevo enfoque en los programas de cooperación, en los que la confianza de la Unión no reposa únicamente en las autoridades estatales, sino que hace partícipes a los agentes económicos locales y a las empresas multinacionales europeas.
Desde su origen, la política de cooperación al desarrollo de la Unión adoptó un carácter regional acondicionado por una serie de relaciones preferentes por el que a lo largo de las décadas se ha consolidado, extendiéndose a la cuenta mediterránea, los países de América Latina y Asia y a los de Europa Central y Oriental. Estas mismas nacieron entre África, Caribe y Pacífico, frente al resto de los beneficiarios. Dentro de la revisión de la cooperación al desarrollo, la Comunidad ha hecho del fomento de la cooperación regional, uno de los instrumentos de la impulsión al desarrollo y de la inserción de los países excluidos en la economía mundial. El Plan de Aplicación de la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible incorpora otro de los nuevos enfoques de la cooperación al desarrollo de la UE y del resto de donantes internacionales, que es la cooperación descentralizada, entendiendo por tal la cooperación que asocia a los agentes sociales locales directamente involucrados en las acciones de cooperación, englobando a las mujeres, comunidades indígenas, autoridades descentralizadas, cooperativas, sindicatos, asociaciones y ONG’s, y que tiene como marco jurídico de referencia el Derecho nacional y el programa indicativo que previamente se haya establecido.
La Agenda 2000, el Libro Blanco de la adhesión para los países candidatos, programó los pasos que cada uno de ellos debía dar para adaptar sus legislaciones nacionales al acervo comunitario y habilitar sus estructuras administrativas. La legislación medioambiental es la que mayores dificultades ha encontrado para su adopción y, especialmente, para su aplicación. El principal problema que experimentan los candidatos es la falta de financiación pública y privada. La UE ha sido consciente de que la ayuda financiera a ellos destinada, aun siendo considerable, no era suficiente, por lo que ha fomentado que fueran los propios países candidatos los que movilizaran los recursos necesarios, adhiriendo igualmente al proceso a los agentes económicos. Por ello, los fondos de los programas han descendido y su estrategia ha evolucionado desde la asistencia técnica y el fortalecimiento de las instituciones hacia el fomento de las inversiones privadas.
Por su parte, La principal dificultad de la cooperación con los países de América Latina y Asia es que no existe un marco jurídico específico para la articulación de la cooperación, por lo que dicha cooperación se realiza vía los programas generales de la Comunidad orientados a los países de desarrollo. Los planes de actuación en el campo del medio ambiente se han situado básicamente en el plano de las declaraciones políticas en el ámbito regional e institucional. Los componentes jurídicos se adquieren a pequeña escala y subordinados con la cooperación económica bilateral, si bien sobresalen los proyectos realizados con países como China. América Latina y Asia representan un desafío desde el punto de vista de la preservación de grandes reductos de la riqueza biológica, principal punto que la UE tiene en cuenta para buscar puntos de acuerdo a la legislación y gestión medioambiental.
Las iniciativas de la comisión han llevado al desarrollo de planes de acción específicos de protección del medio ambiente, partiendo de las estructuras institucionales de la política de cooperación al desarrollo y la ayuda humanitaria como marco general de la actuación. La Oficina de Ayuda Humanitaria de la Comunidad, ECHO, además de suministrar ayuda a las víctimas de catástrofes naturales, tiene un programa de preparación frente a situaciones catastróficas. Este programa “financia proyectos piloto en varias regiones del mundo sensibles a este tipo de incidencias” con el objetivo de garantizar una “preparación previa ante los riesgos de catástrofes naturales o circunstancias excepcionales semejantes para utilizar, en su caso, un sistema de alerta rápida y de intervención adecuada”.
Además, con lo que respecta al comercio, la UE ha adoptado medidas restrictivas del comercio por motivos medioambientales desde el nacimiento de su política de protección del mismo, pero siempre lo ha hecho amparándose en un marco jurídico sólido.
Luis Guijarro, presidente de la fundación APIA, favorecedora de esta causa, dijo una vez que los periodistas somos los herederos de los grupos ecologistas. Ambos autores, hablan de esta causa común y buscan soluciones a través de un mismo instrumento: la inquietud y el saber.
¿Es el ecologista un catastrofista? Dada la relevancia que tiene el cambio climático en estos últimos tiempos, por supuesto que no lo es. El cambio climático es uno de los problemas fundamentales para la humanidad en estos momentos, acarreándolo siempre en términos generales y no particulares.
La Unión Europea ha renovado su modelo de desarrollo para el Tercer Mundo, incorporando un nuevo enfoque en los programas de cooperación, en los que la confianza de la Unión no reposa únicamente en las autoridades estatales, sino que hace partícipes a los agentes económicos locales y a las empresas multinacionales europeas.
Desde su origen, la política de cooperación al desarrollo de la Unión adoptó un carácter regional acondicionado por una serie de relaciones preferentes por el que a lo largo de las décadas se ha consolidado, extendiéndose a la cuenta mediterránea, los países de América Latina y Asia y a los de Europa Central y Oriental. Estas mismas nacieron entre África, Caribe y Pacífico, frente al resto de los beneficiarios. Dentro de la revisión de la cooperación al desarrollo, la Comunidad ha hecho del fomento de la cooperación regional, uno de los instrumentos de la impulsión al desarrollo y de la inserción de los países excluidos en la economía mundial. El Plan de Aplicación de la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible incorpora otro de los nuevos enfoques de la cooperación al desarrollo de la UE y del resto de donantes internacionales, que es la cooperación descentralizada, entendiendo por tal la cooperación que asocia a los agentes sociales locales directamente involucrados en las acciones de cooperación, englobando a las mujeres, comunidades indígenas, autoridades descentralizadas, cooperativas, sindicatos, asociaciones y ONG’s, y que tiene como marco jurídico de referencia el Derecho nacional y el programa indicativo que previamente se haya establecido.
La Agenda 2000, el Libro Blanco de la adhesión para los países candidatos, programó los pasos que cada uno de ellos debía dar para adaptar sus legislaciones nacionales al acervo comunitario y habilitar sus estructuras administrativas. La legislación medioambiental es la que mayores dificultades ha encontrado para su adopción y, especialmente, para su aplicación. El principal problema que experimentan los candidatos es la falta de financiación pública y privada. La UE ha sido consciente de que la ayuda financiera a ellos destinada, aun siendo considerable, no era suficiente, por lo que ha fomentado que fueran los propios países candidatos los que movilizaran los recursos necesarios, adhiriendo igualmente al proceso a los agentes económicos. Por ello, los fondos de los programas han descendido y su estrategia ha evolucionado desde la asistencia técnica y el fortalecimiento de las instituciones hacia el fomento de las inversiones privadas.
Por su parte, La principal dificultad de la cooperación con los países de América Latina y Asia es que no existe un marco jurídico específico para la articulación de la cooperación, por lo que dicha cooperación se realiza vía los programas generales de la Comunidad orientados a los países de desarrollo. Los planes de actuación en el campo del medio ambiente se han situado básicamente en el plano de las declaraciones políticas en el ámbito regional e institucional. Los componentes jurídicos se adquieren a pequeña escala y subordinados con la cooperación económica bilateral, si bien sobresalen los proyectos realizados con países como China. América Latina y Asia representan un desafío desde el punto de vista de la preservación de grandes reductos de la riqueza biológica, principal punto que la UE tiene en cuenta para buscar puntos de acuerdo a la legislación y gestión medioambiental.
Las iniciativas de la comisión han llevado al desarrollo de planes de acción específicos de protección del medio ambiente, partiendo de las estructuras institucionales de la política de cooperación al desarrollo y la ayuda humanitaria como marco general de la actuación. La Oficina de Ayuda Humanitaria de la Comunidad, ECHO, además de suministrar ayuda a las víctimas de catástrofes naturales, tiene un programa de preparación frente a situaciones catastróficas. Este programa “financia proyectos piloto en varias regiones del mundo sensibles a este tipo de incidencias” con el objetivo de garantizar una “preparación previa ante los riesgos de catástrofes naturales o circunstancias excepcionales semejantes para utilizar, en su caso, un sistema de alerta rápida y de intervención adecuada”.
Además, con lo que respecta al comercio, la UE ha adoptado medidas restrictivas del comercio por motivos medioambientales desde el nacimiento de su política de protección del mismo, pero siempre lo ha hecho amparándose en un marco jurídico sólido.
En definitiva, hemos de considerar que el medio ambiente está en el ojo del huracán de este galimatías político que mueve el mundo. No obstante y como siempre, lo ponemos en órbita cuando visualizamos la amenaza que se esconde tras su sombra. Seamos sinceros con nosotros mismos y también con nuestra sociedad. De no ser por el calentamiento global que de un modo tan repentino y generalizado ha hecho temblar las mentes de los que mueven los hilos, todo este despliegue me medios no se hubiera sucedido en tan poco tiempo. Ni si quiera yo estaría escribiendo esta crítica sobre el asunto.
Creo que sólo queda esperar que no hayamos llegado demasiado tarde.
Un universitario cualquiera.
Haz tu el primer comentario
Publicar un comentario