
Era la misma hora y las ventanitas de todos esos apartamentos rezumaban rutina y desasosiego por seguir viviendo. Sin embargo, eso es algo que se ha empezado a hacer patente con el tiempo, porque hace exactamente esos cinco años, a la misma hora y en el mismo lugar todo era diferente.

Nosotros no lo supimos hasta unas horas después. Al ser el último año de colegio, teníamos el privilegio de poder salir a la calle durante el tiempo de recreo. En ese mismo, me acerqué con una amiga a fotocopiar un par de apuntes a una tienda de impresiones cualquiera cuando escuchamos por la radio las primeras informaciones oficiales: “Parece ser que la banda terrorista ETA ha puesto una serie de bombas en cadena a lo largo de toda la línea de cercanías. Se habla ya de sesenta muertos”.
Mi amiga y yo supimos desde ese momento que aquello ya no era un atentado más; y dejamos los papeles fotocopiados de lado por un momento para mirarnos seriamente el uno al otro. El tiempo se detuvo y sin entender muy bien por qué, supimos que aquello era algo insólito.
Regresamos a las clases y la gente trajo consigo más informaciones. Ya no prestábamos atención a la sintaxis ni a la geografía española; Sí pusimos radios de estrangis y chismorreábamos los unos con los otros: “Ya son ochenta muertos”, “Yo he oído que son más de cien”, “¿Más de cien muertos? Imposible…”.
El sol se puso a mediodía y sus súbditos nos fuimos a comer con el hambre informativo y las ansias de saber más.
A pesar de que los que permanecíamos vivos estábamos revolucionados, una parte de todos nosotros, como madrileños y como humanos, había muerto.

Esa noche los desconocimos nos juntamos para luchar por una causa más que conocida: La antiterrorista.
Y Aquí estamos escribiendo líneas los que salimos adelante de un infierno que se ocultó en las líneas de un ferrocarril si echamos la vista atrás.
Hoy, un globo y una rosa han sido la representación para cada una de las ciento noventa víctimas de aquel atentado tan brutal; Hoy, todos seguimos siendo ellos.
Un universitario cualquiera.
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