Hay que saber aunar la ciencia con el fenómeno de informar sobre ella. Para los periodistas, la ciencia está llena de tópicos y, por ésto, tiene mala prensa.
Ésta es la idea que quiso transmitirnos el periodista y biólogo Ignacio Bravo en una charla sucedida para los alumnos de la Universidad Complutense de Madrid el pasado 20 de Marzo con la intención de especificar lo complicado que es realizar los famosos juicios de valor a los que se enfrenta un profesional de la información, en este caso cara a lo científico.
Por otra parte, hace más de cinco años, se estuvo negociando internacionalmente el hecho de instalar en España la Sede de Fusión Nuclear. Sin embargo, a causa de la repelencia de la ciudadanía española por la ciencia y de los posibles peligros que creen que ésta puede generar, acabó instalándose en Francia. Éste acontecimiento fue considerado una gran perdida de índole nacional y demuestra la capacidad abstente y pasiva de muchos de nosotros sobre este tema.
Ésta es la idea que quiso transmitirnos el periodista y biólogo Ignacio Bravo en una charla sucedida para los alumnos de la Universidad Complutense de Madrid el pasado 20 de Marzo con la intención de especificar lo complicado que es realizar los famosos juicios de valor a los que se enfrenta un profesional de la información, en este caso cara a lo científico.
El periodismo científico se sustenta en cuatro pilares clave que lo conforman: el periodismo médico (llevado por la Asociación ANIS); el periodismo ambiental (llevado por la Asociación APIA); el periodismo tecnológico; y el periodismo enérgico. La ciencia en su conjunto, tiene que ser objeto de crítica por parte del profesional de la información. El periodista debe investigar, pues se financian ciertos proyectos de la ciencia, mientras que otros no.
En España más concretamente, la ciencia no interesa, y esto es un acontecimiento que se acarrea desde hace ya más de un siglo. No está en la conversación de los ciudadanos ni los periodistas cuentan demasiado con ella en sus informaciones. Sin embargo, he querido iniciar mi post con este encabezado, pues hoy he leído en la prensa las nuevas informaciones sobre Orion, un nuevo vehículo en prácticas puesto en marcha por la NASA en un evento organizado en el Museo Nacional de Aeronáutica de Washington, actualmente sometido a pruebas de comportamiento al contacto con el agua, y previendo su capacidad de transportar nuevamente a astronáutas americanos en 2015 para llegar a alcanzar la luna en 2020.
¿Llegó el hombre a la luna?
Existen muchas ideas sobre las cuales los menos documentados dudan (como hemos podido comprender en el ejemplo de la carrera espacial a nivel internacional). Las malas lenguas crearon especulación sobre la posible farsa de EEUU en su llegada a la luna, con la posible finalidad de demostrar su poder contra la antigua URSS en tiempos de Guerra Fría. Sin embargo los científicos niegan este galimatías político.
Por otra parte, hace más de cinco años, se estuvo negociando internacionalmente el hecho de instalar en España la Sede de Fusión Nuclear. Sin embargo, a causa de la repelencia de la ciudadanía española por la ciencia y de los posibles peligros que creen que ésta puede generar, acabó instalándose en Francia. Éste acontecimiento fue considerado una gran perdida de índole nacional y demuestra la capacidad abstente y pasiva de muchos de nosotros sobre este tema.
¿El negocio presiona a la ciencia?
La radiación de un microondas o de una antena de telefonía móvil puede provocar cáncer a largo plazo, ¿Pero le interesa al periodista investigarlo? ¿Y los científicos se dejan engullir por su negocio para ocultar o disfrazar este tema? Lo cierto es que el profesional de la información no ha tomado suficiente fuerza para informar sobre este tema, y por tanto, al no alimentar presión en la opinión pública, el científico parece no querer mojarse demasiado.
Un universitario cualquiera.
2 comentarios
A mí, aun siendo español, me interesa la ciencia, en básicamente todas sus vertientes. Muchas veces he visto en periódicos diversos palidecer hitos de la humanidad como encontrar agua o vida microorgánica fuera de nuestro planeta, perdiéndose en el entramado de la prensa en las paginas interiores en una minúscula columnita, cuando en primera pagina salía algo sobre un partido de fútbol un político o algo similar... hay cosas que son interesantes de manera relativa, dependiendo de si te gusta el fútbol o no, y hay cosas q son importantes en si mismas sin importar si eres o no un mendrugo con el interés de una lechuga por la astronomía. Al ponerse en marcha el ultimo acelerador de partículas parte de la comunidad científica temía el fin del mundo (catastrofista pero posible) y preguntando a cualquiera a pie de calle te diría el aceleque? en Francia? yo q sé a mi no me interesan esas cosas. Si, definitivamente algunas cosas interesan y otras no, pero en lugar de educar, es más lucrativo e interesadamente interesante mantener al vulgo distraído. A veces peinso q muchas publicaciones ponen noticias en sus paginas para tener algo q poner entre anunciantes y anunciante, valiendose del morbo y los regalos coleccionables, para hacer q alguien les compre aunq solo tengan 2 paginas que les puedan interesar de cada 20.
Hay que reconocer que la ciencia es día a día, estudio, conocimiento y profundidad. La ciencia evoluciona sobre ladrillos que ella misma une etaoa tras otra.
El periodismo es lo contrario. La noticia que se escribe hoy, se usa para envolver pescado mañana. El periodismo va al titular, a la inmediatez. Busca epatar, impactar y llamar la atención del lector unos instantes.
En el caso de que creamos que el interes de la noticia científica no está en sí en sus correlaciones políticas, o en la aplicaciones prácticas que influyen en la vida cotidana (que no sería estrictemante un periodismo científico), sino en esos "ladrillos" con los que se ha construido una determinada teoría, el periodista tomaría un papel divulgativo. Aunque dada la complejidad, se tiende a limar tanto las aristas y a subrayar anecdotas que hagan más atrayente el texto que los propios cientificos sonrien al leer la noticia final. Es como el juego de los disparates que se dice de oido a oido. El ejemplo último lo tenemos en el acelerador de partículas del comentario anterior y "de las pocas posibilidades del fin del mundo" con las que enganchaban al lector, los textos que recogieron la noticia entonces y que la olvidaron a partir del día siguiente.
J.
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