21 de marzo de 2009

Mi madre ya no trabaja en casa


Dicen que el siglo XX fue, en parte, el siglo en el que la mujer alcanzó una igualdad con el hombre en cuestiones sociales, culturales, laborales o artísticas.


Se rompe la barrera de las distinciones sexuales: En cine son las protagonistas ya no sólo de románticas historias; en los videojuegos han pasado de ser princesas secuestradas a caza-tesoros y buscadoras de tumbas armadas hasta las cejas; en la política, juegan un importante papel igualitario al de los hombres y las que aún siguen siendo secundarias, como la mujer de Obama pudiera ser en tal caso, será un importante pilar para representar la imagen del “buen marido”; en el arte, parecen estar dotadas de una mayor sensibilidad o en la literatura, de una mayor sabiduría.

Los múltiples sectores de la Cultura de masas, integran una imagen vital deseable, el modelo de un estilo de vida. Esta imagen y este modelo son a la vez hedonistas e idealistas. Esto se ha visto reflejado en el sexo femenino.

Son las diosas del erotismo del siglo pasado. El erotismo se ha expandido y difundido; Se ha especializado en los productos de finalidad especialmente erótica, cuya publicidad devora las páginas de las revistas. Es en sí mismo ambivalente. Supone cierta relación entre los tabúes sexuales y la disolución que los corroe.

El 18 de noviembre de 1993, se pública en el diario El Pais, en España, un artículo sobre “La muerte de la moda” que supone una detallada crítica de lo que era la moda cuando nació, y en lo que ha llegado a convertirse a lo largo de su historia a la hora de haber sido palpado por las diferentes manos que representa la Cultura de masas. La mujer es como siempre el objeto clave de erotismo, belleza y modelo clave para personificar una moda que como afirma Enzensberger, “ha perdido por completo esa tranquilizadora perspectiva”.

A esta denuncia acerca de lo que ha cambiado la moda en el último siglo de nuestra historia, responde el reconocido modisto Giorgio Armani, resaltando las formas, los colores y los contrastes en la sociedad.

La moda y la mujer están completamente vinculadas: en dicho artículo el hombre puede gozar con el sentido de la vista a dos preciosas modelos (Evelin Tripp y Lisa Fonssagrives) ambas objetos modernos, en este caso de la cortesía de Vogue, una reconocida revista de moda de nuestro siglo XX.

Cuatro son columnas clave de la Cultura de masas estas últimas décadas: la mujer, el erotismo, la moda y la publicidad.
¿Por qué se han convertido en cuatro piezas clave en el puzzle de la Cultura de masas?

Porque muestran especial vinculación con tres valores importantes en el hombre de nuestro tiempo: la felicidad, el amor y la promoción de los valores femeninos en sí mismos.

El modelo de la mujer moderna realiza el sincretismo entre tres imperativos: seducir, amar y vivir confortablemente. Existe desde luego, una antinomia entre el hogar y el amor; el divorcio o la aventura amorosa clandestina pueden resolver o conciliar la contradicción.
Pues bien, toda esta perspectiva social ha quedado, como siempre, reflejada en el arte de nuestro tiempo, puesto que el siglo XXI promete ser “el siglo de la mujer”, al menos en campos tan detallados como éste.

La página web estadounidense de Intimate circles habla ya de este acontecimiento sobre la mujer y el arte, concentrándose más concretamente en las mujeres norteamericanas, en tal caso.

Escritoras, actrices, publicadoras, cantantes o colaboradoras, son sólo algunos de los ámbitos en los que se mueven féminas como Natalie Barney, Eva Le Gallienne, Barbara Harrison Wescott, Josephine Baker o Marianne Moore respectivamente.

(Adjunto enlace web pinchando aquí


¿Al lado de todo hombre siempre habrá una gran mujer?

Rompamos con los tópicos y actualicemos nuestras mentes, porque hoy, ella es la protagonista.
Un universitario cualquiera.

1 comentario

Javi dijo...

Las mujeres no son ni mas ni menos, ni mejores ni peores q el hombre, son diferentes. Probado esta por estudios cientificos que destacan en ciertas areas y son aventajadas por los hombres en otras. No es machismo decir q los hombre somos mejores en algunas cosas, es biologia. Pero se debe reconocer q ellas son mejores en otras. No obstante la igualdad no se consegira nucna si no es a golpe de decreto, dado q por mas q la persigas, a dia de hoy, una diferencia inapelable entre nuestros sexos es la capacidad de parir. Y ello les supone una injusta tara q dificulta su igualdad laboral, una tara dificilmente superable. Para soslayarla seria necesario crear uan figura que permitiera a un hombre tomarse de manera no potestativa sino obligada, permisos equiparables a los de las mujeres. Una gran mujer de exito q conoci, argumentaba q la mujer nunca se igualaria al hombre en el trabajo, no por falta de capacidad sino porque a la edad que los hombres se vuelcan en el ascenso laboral, las mujeres se vuelcan en su maternidad. Las mujeres de exito suelen sacrificar su vida familiar para consegirlo. Pero tampoco las tachemos de victimas, los hombres de exito sacrifican su vida de pareja igualmente o la descargan sobre su mujer. Cada cual tiene sus prioridades, y la continuidad de la especie es una causa loable para renunciar a ciertas cosas si hoy por hoy se demuestran incompatibles.


 
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