Los que vivimos en una ciudad grande como Madrid, pasamos todos los días al lado de seres vivos de apariencia insignificante o poco relevante con una historia que poder y, de hecho, querer contarnos; Historias que, todos los días pasan por delante de nuestras narices de un modo desapercibido, casi invisible, porque las obviamos sin si quiera detenernos a mirar, aunque sólo sea por un momento, y entender lo asombroso de lo que nos quieran contar.
La madera es un material que nace de un ser vivo que cohabita con nosotros en esta gran ciudad donde parece que no está de moda escuchar a los demás; Donde parece que todo es gris menos uno mismo. Los árboles nacen en nuestros parques; Su material sirve para construir nuestros bancos, en los que nos sentamos; Su esplendor, sirve para que nuestros ancianos y niños se apoyen en sus barandillas; Su decadencia, sirve para ocupar un hueco en nuestros contenedores y así recordarnos su servicio incondicional a lo largo de su vida... ¿No ocurre lo mismo con otros seres vivos como las personas? ¿No sería bueno que, a partir de mañana, empezáramos a dotar de color otras cuestiones aparte de nuestro ombligo? ¿No es hermoso aprender escuchando y mirando?
Un universitario cualquiera
4 comentarios
Gracias por pasar por mi blog durante mi ausencia :)
Ya estoy de vuelta en mi querido y complicado país, al que no cambio por ningún otro
Cariños
Elisa
cuantas vida a nuestro alrededor y por momentos no las percibimos olvidando lo importantes que son.
besos guapo geminis =)
Buen artículo y buena reflexión. En este puente, en el que tenemos algo de tiempo para pararnos a meditar, creo que es un buen argumento para ponerse a pensar.
Feliz puente Manuel. Saludos!
Un post muy bonito tanto por las fotos que estan muy logradas, como por las palabras. Siempre es bueno inducir a la reflexión y a apreciar aquellas cosas que nos pasan desapercibidas justo debajo de nuestra nariz.
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