¡Feliz Día de los Contagiados!

¿Quién dijo día de los enamorados? ¡Eso ya pasó a la historia desde que se lo adueñara 'El Corte Inglés' y sus hermanos pequeños Zara, Mango y Stradivarius! Para muchos a partir de este año será el Día de los Contagiados: asqueados de la contaminación que hay en los medios, en el ambiente y en el medio-ambiente... ¡Incluso en nuestro cine!

Hubo un tiempo en el que tuve un corazón sano y fuerte con el que poder compartir días como este con todo el mundo. Por contra, hoy lleva boina y está más jodido que un menor en una iglesia de la cantidad de basura que tiene que canalizar por todos los frentes. Y es que llevamos unas jornadas de infarto, literalmente. De hecho, bendito aquel que salga a pasear por las calles de Madrid y no sufra, como poco, una arritmia... ¡Porque hasta el ambiente huele a gasolina patrocinada por Repsol! Todo está intoxicado y se retroalimenta y se intoxica más y más hasta pudrirse. Personalmente aún recuerdo los San Valentines de antes, con sus flores y bombones; Con sus enamorados paseando de la mano y sus ciudades en donde se respiraba puro amor... ¿Pero hoy? El primero que consiga respirar y no perezca en el intento, que levante la mano, porque será todo un héroe.

Con respecto a la contaminación de nuestro medio ambiente, si bien es cierto que nuestros políticos podrían hacer mucho más, creo que aquí sí que es competencia de todos y cada uno de nosotros el poner de nuestra parte, porque sabemos quejarnos de maravilla y lo hacemos por todo: De ésto tienen la culpa nuestros políticos, de aquello y de eso otro también... Pero nosotros siempre nos lavamos las manos. Así que aquí unos consejos para mejorar. 

Sin embargo y como venía vaticinando... ¡Claro que la clase política puede hacer mucho más! Y sino que se lo digan a Gallardón, Alcalde de Madrid por el día y vete a saber qué por la noche, que sigue superando los límites de contaminación de nuestra ciudad por más de 30 años que se lleve 'luchando' contra ella. Y es que los madrileños estamos hartos de que nuestro querido Albertito se siga endeudando a nuestra costa con obras faraónicas que no sirven más que para ver lo grande que puede llegar a ser una zanja (Fijo que tendremos el Guines de los Records y sino al tiempo) y nos gustaría que se cumplieran otras muchas que sí son verdaderamente importantes.

Desearía, por ejemplo, ver por los medios menos fotografías y poses de tal apertura aquí y allá para ocupar en su lugar (Juro que se me acaba de ocurrir) toda una serie de autobuses públicos eléctricos (Y no sólo unos cuantos). Pero claro, será que compensa más seguir sajando nuestros bolsillos a golpe de barril (de combustible) antes que poner muchos más puntos ecológicos en una de las ciudades que, se supone, pertenece al mundo civilizado.

En cualquiera de los casos y como me niego a seguir hablando de la famosa boina especialmente negra de Madrid, ayer mismo, para no intoxicarme por la calle, decidí quedarme en casa y ver la entrega de premios más importante del cine español que además cumplió con su 25 Aniversario: La gala de los Goya.

¿Y qué creéis que vimos los españoles? Pues aunque quisiera cambiaros de tema, lo que había ahí era mucha más toxicidad.

Por una parte, por fin salieron a la luz de los focos de la alfombra verde los manifestantes 'Anonymous' con caretas -Que imitan al protagonista de la película 'V de Vendetta'-, pidiendo justicia contra la Ley Sinde. A gritos como 'Alex, amigo, Sinde te ha vencido' (Referido al director de cine y presidente en funciones de la Academia, Alex de la Iglesia) o 'Sinde dimite, el pueblo no te admite', repudiaron la dichosa ley que va a hacer que dejemos de ver un montón de series y pelis a partir de este verano (Porque si esperan que tengamos que pagar los 40 euros que nos cuesta una temporada de cualquier serie para poder verla o, lo que es peor, hacerlo en la televisión para que nos traguemos toda la publicidad que incita al más asqueroso consumismo, van listos). Y entonces llegó la más que puñetera Ángeles González-Sinde, a quien televisión española pilló en mitad de la gala con una sonrisa maliciosa que nos venía a decir algo así como 'Jodeos, pueblo'.

Pero en cualquier caso y hablando de la divertida realización de la Gala, también hay que admitir que fue de lo más jocoso ver a Leire Pajín y la pillaran con ese porte y esa grandisima... personalidad. No es que quiera usar la palabra pero... ¡Qué hermosa papada! Joder, amigos, pedazo de pliego en su buche. Quizás sea sólo el ángulo ¡Pero pobre Leire! A mí me pillan así y me cargo al cámara cuanto menos.

¡Ni Jimmy Jump se lo quiso perder! Y es que, de buena mano sé que ni registraron los bolsos de las señoras que asistieron anoche al Teatro Real. Como para que a algún loco o terrorista se le hubiera ocurrido entrar armado (Sólo le faltaría eso al cine español), porque lo que es seguridad, ésta tuvo menos presencia que Papá Noel en Oriente Medio.

Lo siento, pero tengo que reírme. Me lo merezco tal y como todos los que tenemos que lidiar con todo esto en tan pocos días, porque si bien es cierto que es para echarse a llorar, pese a todo prefiero sonreír (Que es algo que cada vez está menos de moda al ser gratis y no estar prohibido, por ahora) y dar las gracias a toda esta panda de fanfarrones quitándome la boina, digo, el sombrero.

Un universitario cualquiera.

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