ANÁLISIS HOLLYWOODIENSE DE LA DÉCADA PRODIGIOSA.
Hablar de los años 60 en el cine, daría para escribir un libro. Son tantos los aspectos que pueden abordarse que es realmente arduo abarcar todos ellos. No obstante, me gustaría recalcar aquellos aspectos que me parecen más significativos.Si hablamos de EE.UU., hay que decir que se produce un gran cambio respecto a las décadas anteriores. La época dorada de la industria de Hollywood, que tuvo su primacía en décadas anteriores, renueva su ciclo en ésta: las grandes compañías empezaron a tener otras miras (televisión, principalmente) y tuvieron que ajustarse a nuevas estructuras nunca antes vistas.
Si de estrellas hablamos, será en una película de 1.961, “Vidas Rebeldes” (“The Misfits”), donde brille una con especial esplendor. Seguramente fue una de las mejores películas hechas por John Huston en toda su vida, juntando a dos pesos pesados del estrellato de Hollywood que aparecen por última vez en la pantalla: Marilyn Monroe y Clark Gable. Sin embargo y como decía la canción, el show debía continuar y la década de los sesenta no iba a quedar huérfana de actores que serían muy importantes y que culminaran en los posteriores 70s: Warren Beaty, Faye Dunaway, Jane Fonda, Steve McQueen, Robert Redford, Dustin Hoffman, Jack Nicholson…etc. -. Y es que EE.UU. no ha podido vivir sin mitos cinematográficos y los años 60 no podían ser una excepción.
Hollywood siempre ha ejercido un predominio ostensible en el llamado cine comercial y, aunque en esta década va a hacer un aporte importante en este sentido, también es verdad que los tiempos, como decía Bob Dylan, estaban cambiando.
En 1.961 se estrena “West Side Story”, un musical que dos años antes se había abierto paso en un teatro de Broadway. Sin embargo, lejos de las pistas de baile, en pantalla, plasmaba algo más que sensacionales obras de arte en movimiento sincronizado o un puñado de míticas canciones. Contemplaba la temática social de la inmigración; Eran los Sharks, una banda de portorriqueños, enfrentados a la rival de Nueva York, los Jets, así como sus dificultades y penurias causadas por la sociedad consumista en la que se vivía. Y es que, a pesar e tratarse de un musical, las complicaciones de una juventud marginada para adaptarse y sus frustradas ilusiones aparecen en un género que nunca las había abordado anteriormente de forma tan explícita.
De igual manera, un melodrama como “Esplendor en la hierba”, dirigido en 1.961 por Elia Kazan, trata del amor de dos jóvenes (Warren Beaty y Natalie Word) que tienen que enfrentarse por su condición social – él pertenece a una alta clase social y ella no – a los convencionalismos familiares y sufrir las contrariedades que ello comporta. Además, tiene como telón de fondo la gran depresión económica del 29, con lo cual, la película trasciende el tema de un romance dolorosamente frustrado.
Si de comedia habláramos, el Hollywood de los 60s también tuvo un hueco para el género; Muchas películas cómicas no quedan en absoluto fuera de estas nuevas miras. En 1.960, un director de la vieja guardia pero siempre joven como Billy Wilder, realiza una de las más imperecederas de toda la historia del cine : “El Apartamento”, donde el arribismo laboral está a merced de los favores que puede obtener aquel que goza del privilegio de tener un nido de amor para las citas de su jefe a cambio, pasando, eso sí, por situaciones casi denigrantes a cambio. “Descalzos por el parque”, de 1.967 también se hace notar, cuando unos jovencísimos (Robert Redford y Jane Fonda) eran un matrimonio de recién casados que tenían sus conflictos personales deudores en parte al incómodo apartamento donde tenían que convivir.
No obstante, otras cuestiones fueron inamovibles: la creación de estrellas. Las estrellas de Hollywood forman parte del imaginario norteamericano; Unas dan paso a otras y así continúa el ciclo hasta nuestros días.
Si de estrellas hablamos, será en una película de 1.961, “Vidas Rebeldes” (“The Misfits”), donde brille una con especial esplendor. Seguramente fue una de las mejores películas hechas por John Huston en toda su vida, juntando a dos pesos pesados del estrellato de Hollywood que aparecen por última vez en la pantalla: Marilyn Monroe y Clark Gable. Sin embargo y como decía la canción, el show debía continuar y la década de los sesenta no iba a quedar huérfana de actores que serían muy importantes y que culminaran en los posteriores 70s: Warren Beaty, Faye Dunaway, Jane Fonda, Steve McQueen, Robert Redford, Dustin Hoffman, Jack Nicholson…etc. -. Y es que EE.UU. no ha podido vivir sin mitos cinematográficos y los años 60 no podían ser una excepción.
Hollywood siempre ha ejercido un predominio ostensible en el llamado cine comercial y, aunque en esta década va a hacer un aporte importante en este sentido, también es verdad que los tiempos, como decía Bob Dylan, estaban cambiando.
En 1.961 se estrena “West Side Story”, un musical que dos años antes se había abierto paso en un teatro de Broadway. Sin embargo, lejos de las pistas de baile, en pantalla, plasmaba algo más que sensacionales obras de arte en movimiento sincronizado o un puñado de míticas canciones. Contemplaba la temática social de la inmigración; Eran los Sharks, una banda de portorriqueños, enfrentados a la rival de Nueva York, los Jets, así como sus dificultades y penurias causadas por la sociedad consumista en la que se vivía. Y es que, a pesar e tratarse de un musical, las complicaciones de una juventud marginada para adaptarse y sus frustradas ilusiones aparecen en un género que nunca las había abordado anteriormente de forma tan explícita.
De igual manera, un melodrama como “Esplendor en la hierba”, dirigido en 1.961 por Elia Kazan, trata del amor de dos jóvenes (Warren Beaty y Natalie Word) que tienen que enfrentarse por su condición social – él pertenece a una alta clase social y ella no – a los convencionalismos familiares y sufrir las contrariedades que ello comporta. Además, tiene como telón de fondo la gran depresión económica del 29, con lo cual, la película trasciende el tema de un romance dolorosamente frustrado.
Si de comedia habláramos, el Hollywood de los 60s también tuvo un hueco para el género; Muchas películas cómicas no quedan en absoluto fuera de estas nuevas miras. En 1.960, un director de la vieja guardia pero siempre joven como Billy Wilder, realiza una de las más imperecederas de toda la historia del cine : “El Apartamento”, donde el arribismo laboral está a merced de los favores que puede obtener aquel que goza del privilegio de tener un nido de amor para las citas de su jefe a cambio, pasando, eso sí, por situaciones casi denigrantes a cambio. “Descalzos por el parque”, de 1.967 también se hace notar, cuando unos jovencísimos (Robert Redford y Jane Fonda) eran un matrimonio de recién casados que tenían sus conflictos personales deudores en parte al incómodo apartamento donde tenían que convivir.
Los años prodigiosos del cine también gritaron al cielo el problema del racismo en nuestra sociedad occidental, y más concretamente, en la estadounidense. Será en clave de drama -“Matar a un ruiseñor”, en 1.963 -, o de comedia - “Adivina quien viene esta noche", en 1.967 -, pero la crítica social que en ellas se vertía, pretendía no caer en saco roto.
Con pequeños punteos, quiero poner de relieve uno de los aspectos importantes del cine de la época en cuestión de análisis: el cine en esta década va a ir más allá de muchos parámetros convencionales que hasta entonces regían. Es la estética pop que entonces imperaba en el comic y en la música, la que no era ajena al cine. Películas como las de James Bond y, por supuesto, las de Richard Lester con The Beatles bebían en dicha cultura, pero esto merecería un estudio paralelo. Por supuesto que en esta década de los sesenta continúan haciéndose grandes películas comerciales de gran calidad – recordemos “Lawrence de Arabia” (1.962) y “Doctor Zhivago” (1.965), ambas dirigidas por el británico David Lean y seguramente de las mejores de la década –, sin embargo, el cine comenzaba a introducir nuevos elementos temáticos y un aporte crítico que lo convertiría, poco a poco, en más que un simple espectáculo de entretenimiento.
Aldrich realizó en 1.965 una película bélica donde la violencia casi resulta exaltada: “Doce del patíbulo”. En ella, la violencia estaba plenamente justificada y era una protagonista más. No había cabida para tibiezas y, aún hoy, resulta impactante.
En 1.967, Penn filmaba “Bonnie And Clyde”, película excelente que hacía de la violencia tanto implícita como explícita de sus protagonistas, un componente base en su historia. Además, contó con el añadido de la peculiar historia amorosa entre Warren Beaty y Faye Dunaway, haciendo que el espectador defendieran la causa. Así, el estereotipo del malvado daba un giro capital a lo anteriormente establecido en la historia del cine.
Al final de la década (1.969), Sam Peckimpah dirigió un western que marcaría un sello que duraría hasta posteriores años: “Grupo Salvaje”. Reincidiendo, al igual que lo hacía Penn en “Bonnie And Clyde” sobre la figura del perseguido, Peckimpah creaba un western en que la violencia se constituía sin ningún genero de dudas en la principal protagonista. La violencia estaba latente en todo el film y era parte fundamental de la película y su secuencia final, quedaba en la memoria de todos cuantos la vieron.
En la segunda mitad de la década, el predominio de un público asistente al cine más joven que buscaba encontrar no sólo mera diversión o un duelo interpretativo de actores (“Dos Hombres y un Destino” de George Roy-Hill, en 1.969) sino algo que les llegaba a su fibra sensible. Bajo esta perspectiva es como hay que entender que películas como “El Graduado”, de Mike Nichols, en 1.967, o “Easy Rider”, del excepcional Dennis Hopper en 1.969, tuvieran enorme éxito para convertirse en películas generacionales.
Homenaje a Stanley Kucrick
No puedo dejar de referirme a la década de los 60s sin mencionar al excelentísimo de tres películas que asentaron bases en la industria: Stanley Kubrick.
Sus trabajos, “Espartaco” (1.960), “Teléfono Rojo ¿Volamos a Moscú?” (1.963) y “2001, una odisea espacial” (1.968), hicieron de Kubrick un artista del séptimo arte al ofrecernos a sus espectadores, un giro de los peplum (películas de romanos). "Espartaco" representaba la rebelión y liberación de la esclavitud a manos de los romanos lo que, en las películas de su género, representaba una auténtica convulsión. Por su parte, “Telefono Rojo”, era una crítica ácida y exacerbada de la guerra fría (la que existía entre la antigua URSS y los Estados Unidos) llevada a su límite extremo, pues al final, la película desencadenaba una hipotética y entonces temida guerra nuclear que daba poco campo a la esperanza. Por último tenemos en 1.968, la ya mentada “2.001, odisea del espacio”. Si hubo una película en la historia del cine, incluso trascendiendo el género de la ciencia ficción y que supo ser relevante, artística e incluso filosófica, ésta ha sido “2001”. Ya en su momento se dijo que esta película era una adelantada a su tiempo. Mucho se ha escrito y se podría seguir escribiendo sobre ella, pero nunca abarcaríamos toda su dimensión.
Espero que este breve repaso al cine hollywoodiense de la época os haya abierto apetito para comenzar a visionar todas aquellas películas que han hecho de la industria, una de las más importantes de nuestro mundo.
Un universitario cualquiera.
Hoy es el Día Mundial contra el Trabajo Infantil
2 comentarios
Se podría hablar horas sobre el cine de esta época y el tema brindaría infinidad de películas por destacar. Has hecho un excelente resumen, para todos los gustos!
Muy interesante tu entrada, y muy bien documentada.
saludos!!
Peliculas y canciones que nos marcaron mucho.Interesante tu eposicion.gracias por comprtir y que tengas un lindo fin de semaa.Con cariño Vicky
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